
Justo en esos días, Rimudo y su fiel compañero Soruen viajan a Ju-dong, la nación enemiga, cuando Rimudo salva a unos campesinos de ser asesinados por unos bandidos. Mientras lucha, es visto por el principe heredero de Ju-dong, Bo-hui, quien le propone que se una al ejercito de su nación. Rimudo acepta, diciendole que su nombre es "Taki", acordandose, inevitablemente, de Takiko.

Entonces Takiko se da cuenta de cuán mal esta el país de Bei-jia, (donde está ella), a causa de Ju-dong.
Asesinan a gente inocente y justo entonces, de entre todos los soldados de Ju-
dong, divisan a Rimudo, que también colabora en el ataque contra la aldea. Takiko no lo puede creer... Uno de los guardas ve a Takiko y le dispara flechas, pero Bolaate (la madre de Tomite), la cubre, haciendo que Takiko quede intacta, pero Bolaate ha quedado malherida. Tomite, furioso, ataca a Rimudo con mucha bestialidad, y, para defenderse, Rimudo usa el viento. Tomite se da cuenta de Rimudo también es una estrella de genbu, la estrella "Uruki", pero éste escapa.

Más tarde, en la aldea, hay mucha gente herida y entre todos tratan de curar a Bolaate. Takiko, destrozada al ver a esa pobre gente así decide convertirse en la "sacerdotisa de genbu", para poder ayudar al país, pero justo cuando lo acaba de decidir aparece Rimudo y le advierte que no se convierta en la sacerdotisa, porque sino las siete estrellas y ella acabarán muertos. Takiko no acaba de entender esa actitud por parte de una estrella de genbu y le recrimina que como estrella tiene que ayudar al país. Rimudo le repite que vuelva a su mundo, pero Takiko sigue en sus trece de ser sacerdotisa, por lo que él le dedica estas frías palabras: "¡Estúpida! Solo conseguirás que te maten... ¡Yo me lavo las manos de todo esto!" y desaparece junto con sus vientos. Al día siguiente, Takiko y Tomite, emprenden el viaje para reunir a "las siete estrellas de genbu", aunque una de ellas esté un su contra...
FIN DEL CAPÍTULO 3.
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