
Allí les explican la leyenda entera de la sacerdotisa y les dicen los nombres de las legendarias siete estrellas.
Takiko quiere ser capaz de defenderse sola y por eso le pida al abuelo de la niña, que es un fabricante de espadas y hachas, que le fabrique una "Lanza Naginata", como la que ella empleaba en su instituto y que sabe usar muy bien.
El buen hom
bre se la fabrica, pero al padre de la niña no le hace gracia que la sacerdotisa y Tomite esten en su casa.

Mientras en Ju-dong, se encuentra Uruki haciendose llamar "Taki" y haciendose pasar por soldado de allí, justo cuando asignan una misión. Junto con soldados más, Zi-xi y Fe-Quian, tienen que matar a la sacerdotisa y a las siete estrellas de genbu. A Uruki esto no le hace mucha gracia, ya que se ve incapaz de atacar a Takiko... Junto con los soldados, le preguntan al padre de la niña si ha visto a la sacerdotisa de genbu y a sus estrellas, le sobornan con dinero y el padre de la niña acepta, diciendoles donde se encuentran. Uruki decide adelantarse hacia la ciudad dejando un poco atras a sus compañeros soldados. Mientras, en la ciudad, un niño misterioso que atraviesa las paredes les anuncia a Takiko y a Tomite que el enemigo se acerca. Los dos corren a recoger sus cosas, pero antes de que se puedan marchar irrumpe Uruki en la habitación, rompiendo la ventana en pedazos. 

Uruki agarra a Takiko rapidamente y se la lleva volando, dejando allí solo a Tomite a quien, al cabo de unos segundos, le atacan los soldados Fe-Quian y Zi-xi. Mientras, Uruki ha llevado a Takiko a las afueras de la ciudad y le pide de nuevo que vuelva a su mundo, que si sigue en ese lugar la matarán. Takiko le pregunta que qué hace allí y el chico le responde que le han encargado la misión de matar a la sacerdotisa y a las estrellas. Takiko no entiende y le pregunta a Uruki que por qué se unió al país enemigo, el que le responde que lo hace para poder vengarse de su padre, quien intenta matarle y que no quiere tener nada que ver con la sacerdotisa. Entonces Takiko le reprocha que, si no quiere tener nada que ver con ella, que por qué la protege siempre que puede, a lo que Uruki se da cuenta de que ni él mismo lo sabe. La chica, decidida, se marcha de vuelta a la ciudad para ayudar a Tomite, quien está siendo atacado brutalmente.

FIN DEL CAPÍTULO 4.
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